Crónicas – Policí@s y l@drones
El cibercrimen ha adoptado un modelo empresarial del delito. Es una industria estructurada y muy profesional que mueve miles de millones de euros al año. Los delincuentes buscan, como siempre, un beneficio económico. Infectan los ordenadores o dispositivos móviles, roban toda la información que luego pueden transformar en dinero y venden su mercancía, o sus servicios, en el mercado negro de Internet. El ochenta por ciento de la red pertenece a esos bajos fondos.
Los «malos» del siglo XXI no descansan. Atacan, cada día, a más de un millón de usuarios aprovechando la ausencia de fronteras y el anonimato de la red. Utilizan programas maliciosos muy sofisticados para robar números de cuentas bancarias, contraseñas de banca online, cuentas de correo electrónico y hasta identidades. Si les interesa extorsionar al usuario, no tienen más que activar la webcam y grabarle en la intimidad. Incluso, utilizan equipos informáticos ajenos para cometer delitos, sin que los propietarios lo sepan.
Para conseguirlo, tienen a su disposición todo un laboratorio vírico en permanente evolución: nacen hasta 74.000 virus nuevos cada día. Los grupos especializados de la Policía y la Guardia Civil, fiscales y jueces españoles, se enfrentan a un reto de enormes proporciones.